Hay una casita que se volvió parte de nuestro JAS, le llamamos maloca, porque así le llaman algunas comunidades indígenas. Más que una casa, ha sido un lugar de reconocimiento y encuentro entre todos los que hacemos parte del JAS, desde las diferencias étnicas como campesinos, afrodescendientes, indígenas, citadinos, mestizos, migrantes.
Acá nos encontramos para compartir saberes, jugar, dialogar, resolver conflictos y mucho más.
Hubo un día en el que hicimos una gran inauguración con invitados maravillosos, de la otra sede como el Grupo de Música de Colombia al parque, pero además con la presencia de un sabedor Misak, quien hizo todo el proceso de armonización.
...Y ¿por qué armonizar?... porque cuando haces algo por tu territorio y tu cuerpo, dejar atrás lo que te preocupa, incomoda, hace daño, es necesario, para darle paso al amor, a la esperanza, a los sueños.
Aquí un trozo de lo que pasó ese día...
En estas fotografías también encontramos algunos momentos, en los que el encuentro es posible y la diferencia es un puente de conocimiento para un mejor Buen Vivir.
Compartir, conversar, escuchar, la riqueza que hace parte de nuestra Nación es maravilloso.
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