El tejido como herencia y saber ancestral, es una de las actividades que más llama la atención a niños y niñas. Este momento, además de conocer la historia de los mayores y el significado que se le da al tejido, potencia sus desarrollos motrices, su atención, procesos lógico matemáticos y comunicativos, así como la creatividad.
Para nuestras infancias se inicia con tejidos sencillos, primero con los dedos, en el cuaderno o en hojas, luego con elementos como cereal redondo y lana, para ensartar y hacer manillas, o con chaquiras. Posteriormente se va dando espacio a otras maneras de tejer, a partir de los dedos, los huicholes y el telar.
Acá algunos momentos.
El Huichol o el ojo De Dios, es otra de las técnicas del tejido, donde a partir de palitos y lana vamos haciendo construcciones, regalos, pero además fortalecemos la motricidad fina, la atención, el trabajo en equipo y el reconocimiento de texturas y colores.
El Quipu, es una técnica ancestral, nuestros ancestros aprendieron a contar haciendo nudos. Así nos acercamos a los números en lengua musa y a la correspondencia número-imagen-cantidad. Además hacemos nudos cuando conseguimos logros.
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